viernes, 23 de diciembre de 2011

Tauromaquia sin amarillismo

Si insistimos en nuestra verdad, descartamos la verdad de los demás y entonces somos injustos e ignorantes. 


Juan Carlos Illera es profesor titular y director de departamento de Fisiología Animal de la facultad de Veterinaria de la universidad Complutense de Madrid, él y su equipo de trabajo realizaron un estudio en el cual intentaron conocer el umbral de percepción del dolor mediante la medición de los niveles de Beta-Endorfinas en toros y novillos, tuvieron en cuenta el sistema neuroendocrino del eje hipotálamo-hipófisis adrenal, analizando las principales hormonas reguladoras de esta respuesta.

Diarios de todo el mundo publicaban:

"El toro disminuye la percepción de dolor con un mecanismo especial" Juan Carlos Illera del Portal 

El toro de lidia es un animal “especial” endocrinológicamente hablando, ya que tiene una respuesta totalmente diferente a la de otras razas vacunas y a otras especies animales. Analizaron “medidores del estrés” cómo son la hormona adenohipofisaria (ACTH – hormona adrenocoricotropa) y las hormonas adrenales, tanto de la corteza (cortisol) como de la médula (epinefrina y norepinefrina o noradrenalina), que el toro presenta. Durante la lidia, hay menor liberación de ACTH y cortisol que durante el transporte, lo que significa que el animal tiene una mejor respuesta al estrés. Por supuesto que el toro tiene estrés, pero con estos análisis se demostró que éste, es significativamente más elevado, por ejemplo en el momento de salir al ruedo que durante o al completar su lidia.

La  Beta-Endorfina (β-E) es un opiáceo endógeno y la hormona encargada de bloquear los receptores de dolor (nociceptores) en el sitio donde éste se está produciendo, hasta que llega un momento que se deja de sentir dolor. Se midió el umbral de percepción de dolor con base a los niveles de Beta-Endorfinas , comprobándose que éste es altísimo en toros y novillos. Durante la lidia, estos animales liberan grandes cantidades de Beta-Endorfinas , de igual manera ocurre en el transporte porque sienten estrés, pero en menor cantidad, lo que en principio, les provocaría un sufrimiento. Básicamente en el pre-ruedo como al final, el toro sufre, esto es claro cuando se observa los mugidos en respuesta al dolor sentido por las espadas cerca al final del ruedo ya que, a diferencia del pre-ruedo que no tiene la misma tonalidad en su bramido,  no tiene el mismo nivel de estrés y agresividad.

Origen e historia evolutiva del Mono Ardilla (Saimiri sciureus) Parte II

Origen de los Primates

El fósil más antiguo conocido que podría ser de un primate es un molar de finales del Cretácico, último período del Mesozoico, o Era Secundaria. Tiene unos 66 millones de años y procede de la Formación Hell Creek, de origen fluvial, en Montana (Estados Unidos de América), fue bautizado como Purgatorius ceratops. 


Como el registro fósil es en general bastante incompleto, en la mayor parte de los casos los primeros representantes fósiles son muy posteriores al verdadero origen de su grupo, por lo que es razonable pensar que en realidad los primates aparecieron bastante antes de finales del Cretácico. Así pues, los primates se incluyen entre los grupos de mamíferos que empezaron su andadura evolutiva discretamente en el Mesozoico, y que luego se beneficiaron de la catástrofe, que produjo la extinción de los dinosaurios al final de esta era, y dejó el campo libre a los pequeños mamíferos. La siguiente era, el Cenozoico, ha sido la suya.



El Purgatorius se asigna al grupo de los plesiadapiformes. Hay varias mandíbulas y numerosos dientes sueltos de Purgatorius delPaleoceno de Norteamérica. Los plesiadapiformes en el Paleoceno (66 y 55 Ma.), se diversificaron en numerosas líneas, entre ellos están los Carpolestidos, primeros “proprimates” que fueron totalmente arbóreos. En el Eoceno (55 y 36 Ma.) se presenta gran diversificación y distribución, aparecen los primeros antropoideos, los adápidos, probables ancestros de los tarseros y los omomyidos. Esta época es considerada como “La edad de los Plesiadápidos, Adápidos y Omomyidos”. El encontrar plesiadapiformes en Europa y Asia (reciente fósil en Mongolia) indica que pasaron por alguna formación en el Océano Atlántico, también ha habido a lo largo del Cenozoico conexiones ocasionales entre Asia y Norteamérica por la zona del estrecho de Bering.

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